Facebook y Trump, una relación revisada

Poco después del resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se señaló a Facebook como un posible ‘culpable’ de lo sucedido. La red social que lidera Mark Zuckerberg se vio envuelta en una crisis de comunicación pública importante.

La presión de medios y públicos, que tuvo su efecto, se basaba en dos puntos. Por un lado, en el enorme alcance de Facebook: una plataforma de casi 1.800 millones de usuarios activos mensuales que el 44% de los ciudadanos de Estados Unidos utilizan para informarse, según un estudio de Pew Research muy citado. Por otro lado, el hecho que Facebook había funcionado como un canal muy efectivo para la difusión de noticias falsas (‘fake news’), que mayoritariamente eran proTrump.

Sobre el alcance de la red social, un artículo publicado recientemente en Slate argumenta que una lectura detallada del informe de Pew Research introduce matices. En el informe no está claro, por ejemplo, que ese 44% de los estadounidenses consulten noticias de forma asidua, ni que sea su única fuente de información o la más creíble. No obstante, algunas de las noticias que citaban el famoso porcentaje añadian este tipo de connotaciones.

 

Por otra parte, este vídeo de Vox relativiza mucho la importancia de las ‘fake news’ en el resultado de las elecciones. A partir de sondeos de Gallup, se ve que los escándalos de Hillary que más impacto tuvieron en los ciudadanos tenían base real: el mal uso de su correo electrónico y la gestión de la Clinton Foundation. Los medios destacaron sobre todo estos asuntos. El problema -más que las noticias falsas- habría sido la falta de perspectiva derivada de la equidistancia (‘false equivalence’) en la cobertura de los dos candidatos, cuando -según el vídeo- Clinton tenía muchos menos escándalos y se le dio la misma importancia. En cualquier caso, parece que la manipulación no vino de falsedades propulsadas por el algoritmo de la red social de Zuckerberg.

¿Esto significa que Facebook no tuvo ningún papel en las elecciones? Ni mucho menos (y, de hecho, es de suponer que su importancia será creciente). No obstante, los nuevos datos ayudan a entender mejor su papel y, también, a superar discursos culpabilizadores quizá excesivamente simples.

@miquel_urmeneta